Pensamiento crítico La capacidad de pensar por uno mismo. No dejarse influenciar por la masa. Analizar críticamente libros, películas y noticias para tener una opinión original sobre el tema. Y también para evitar ser captado por un culto donde el líder tiene tres esposas, y todos los miembros visten túnicas iguales. Esto es lo que quieres para tus hijos. En la era moderna es muy importante ser librepensador. Es decir, una persona que contribuye al conjunto de ideas aportando su perspectiva única.
Cómo el pensamiento crítico enseña al cerebro a pensar de manera diferente
Esencialmente, el pensamiento crítico es una forma de análisis. Utiliza los hechos disponibles, la evidencia creíble, la observación aguda, la deducción y los argumentos para formar una opinión sobre el tema. En cierto sentido implica una mente abierta, lo que significa no permitir que ideas o nociones preconcebidas se interpongan en el camino del proceso del pensamiento. Y es auto-correctivo: si sale a la luz nueva evidencia, el pensamiento crítico permite reformular la opinión inicial.Básicamente significa no aceptar cualquier cosa que se diga —especialmente una figura de autoridad— como la verdad, sin considerar todo lo que ya mencionamos. Esta resistencia a considerar automáticamente como correctas las declaraciones de aquellos con influencia es lo que protege a tus hijos de ser sometidos a un «lavado de cerebro» o de creerle a la propaganda y otras formas peligrosas de pensar.
También les permite a tus hijos evaluar críticamente y formarse opiniones imparciales sobre temas como la literatura, las películas y las noticias, sin dejarse influir por las creencias populares. Y especialmente en el tema de la literatura y la apreciación del arte, permite una reflexión cuidadosamente considerada sobre el tema en cuestión y lo que se puede deducir de él.
Como tal, es una pieza esencial del conjunto de herramientas mentales que todos los niños deben aprender desde la edad más temprana posible. Y eso es lo que te ayudaremos a fomentarles hoy.
Qué es el pensamiento crítico (y qué no es)
✅ El pensamiento crítico es pensar por uno mismo.
✅ El pensamiento crítico es apertura mental.
✅ El pensamiento crítico consiste en llevar una idea lo más lejos posible para ver dónde se encuentran sus debilidades.
✅ El pensamiento crítico busca la opinión de la mayoría de los expertos (en el campo correspondientee).
✅ El pensamiento crítico respalda una opinión con argumentos lógicos.
✅ El pensamiento crítico es tener la capacidad de cambiar completamente la visión del mundo si de repente sale a la luz nueva evidencia.
❎ El pensamiento crítico no es tomar una opinión de alguien como un hecho.
❎ El pensamiento crítico no es cerrarse a ideas que no se ajusten al propio punto de vista.
❎ El pensamiento crítico no es ser crítico porque no te agrada la persona que defiende la idea.
❎ El pensamiento crítico no es seleccionar los hechos que se adaptan al propio punto de vista e ignorar los que no lo hacen.
❎ El pensamiento crítico no es respaldar la opinión propia con sesgos prejuiciosos.
❎ El pensamiento crítico no es mantener una posición sin importar qué.
Esencialmente, el pensamiento crítico se trata de mantener la mente abierta y una actitud analítica sobre la información que se absorbe. Así, por ejemplo, las teorías conspirativas -fantasías extravagantes- se evaluarían con base en pensamientos objetivos y argumentos lógicos, y no a partir del deseo de «respuestas» que «revelen la verdad» sobre por qué ocurren ciertos eventos.
Entonces, tener la mente abierta no significa aceptar cualquier idea antigua. Significa tomar las cosas con pinzas. Al mismo tiempo, el pensamiento crítico no se trata de encontrar razones para rechazar una visión que es diferente de la propia. En cambio, se trata de considerar los méritos de ese punto de vista y mirar las contradicciones en el propio. Llevar ese punto de vista a su conclusión lógica es una parte integral del proceso de pensamiento crítico. Una vez que nos involucramos con el pensamiento crítico, ajustamos nuestra comprensión de la realidad.
A veces, eso significa desaprender completamente los sesgos que podemos haber incorporado a lo largo de la vida. ¡Todo esto aplica para tus hijos! Y la clave es presentarles esta manera de pensar lo antes posible, mientras más jóvenes son, más difícil es que se dejen influenciar por ideas populares, pero incorrectas. Entonces, ¿cómo hacer que piensen críticamente?
Tres formas sencillas de orientar a los niños al pensamiento crítico
La importancia del juego
Para comenzar, la forma más fácil de introducir habilidades de pensamiento crítico en los niños pequeños es simplemente permitiéndoles jugar. Jugar es una parte natural del desarrollo de los niños, y a menudo lo usan para representar otras identidades, como sus personajes favoritos. Esto los ubica automáticamente en una mente ajena. Esto es importante porque así experimentan el «ser otra persona» con una perspectiva diferente a la suya.
Puedes fomentar esto haciendo o comprando disfraces y atuendos para diferentes personajes y roles. Luego pueden «actuar» estos roles, lo que los ayudará a desarrollar un sentido de empatía. Por ejemplo, si les dieras una pequeña bata de laboratorio, pueden actuar como científicos trabajando en alguna tecnología fantástica que cambiará el mundo. No solo van a jugar a ser héroes y heroínas diferentes a los que suelen interpretar, sino que también valorarán la importancia de la ciencia en sí. La cual se basa, idealmente, en hacer del mundo un lugar mejor para todos. Hablando de ciencia:
Preséntales el método científico (y la racionalidad)
No importa en qué creas, cuál sea tu religión o tu ideología, podemos estar de acuerdo en que el método científico es un enfoque bastante bueno para ver el mundo y analizarlo críticamente. Todo deriva del concepto de teoría científica.
Para aquellos que no están familiarizados con cómo funciona una teoría científica, esencialmente tiene tres partes:
- Observación del mundo que nos rodea,
- formulación de una hipótesis basada en esa observación; y
- elaboración de predicciones basadas en esa hipótesis. Si las predicciones se sostienen, resulta en una teoría científica.
Tomemos la teoría del vuelo, por ejemplo. Observamos cómo vuelan los pájaros generando «elevación» con sus alas. La elevación es la fuerza que permite que las aves asciendan. De esa observación surge la hipótesis: si desarrollamos máquinas con alas con su propio poder para crear «elevación», esas máquinas volarían.
Leonardo da Vinci fue el primero en hacer esta observación y, cuatro siglos después, los Hermanos Wright crearon esa máquina. La generación de «elevación» a través del empuje (el propulsor del avión generando fuerza) y las alas permitieron que la máquina volara. Por lo tanto, esta hipótesis o predicción se confirmó verdadera y se convirtió en una teoría científica: La Teoría del vuelo, o aerodinámica. Sin duda podemos asegurar que una teoría científica no es simplemente «cualquier teoría», sino una construída sobre hechos y evidencia, basada en la hipótesis inicial que siguió a las observaciones.
Esta es la historia perfecta para explicarles a tus hijos cómo es el pensamiento científico. A muchos niños les encantaría saber con precisión cómo es posible el vuelo de las aves y de los aviones. Mientras los educas en el pensamiento científico puedes contarles acerca de una de las mentes científicas más grandes de la historia, ¡el gran erudito da Vinci! Se sorprenderán al saber que Leonardo no es solo una tortuga mutante que empuña dos espadas samuráis con habilidades ninja.
Aplicando el pensamiento científico a su vida cotidiana, pueden divertirse tratando de explicar gran parte de los fenómenos del mundo. ¡Sobre todo porque los niños son muy curiosos sobre cómo funcionan las cosas! Luego de formular sus propias hipótesis, pueden chequear qué tan precisas son en libros específicos apropiados para su edad. Este ejercicio les enseñará a utilizar sus observaciones sobre el mundo para formular una posible razón por la que algo sucede, y luego probarla: esto también se relaciona con la educación STEAM (que combina y aplica Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas). Este sistema educativo integral se ha vuelto importante para la educación de muchos niños.
¡Leer, leer, leer!
Nada aporta tanto al pensamiento crítico como la lectura, especialmente cuando los niños llegan a la edad en la que pueden leer libros completos por su cuenta. Probablemente terminarán con un autor o autora favoritos y querrán devorar todos sus libros. Pero es importante leer no solo cuentos y novelas, sino también no-ficción. Y las autobiografías son una genial opción, porque exponen a los niños a la perspectiva personal de alguien. Hay un dicho sobre caminar un kilómetro en los zapatos de otro.
Los libros de historia, pero de diferentes ángulos sobre los mismos eventos, obligan a un niño a pensar en lo que es más probable que haya ocurrido. Y los animan a formar una opinión sobre un asunto de interpretación abierta. Luego puedes motivarlos a hablar un poco. Dialoga con tus hijos sobre los libros que leyeron, lo que les gustó de ellos, lo que no, y por qué.
Y no te detengas en los libros: ve más allá. Cuando vean las noticias, no te apresures a emitir tu opinión sobre los temas, primero pregúntales la de ellos. Y pregúntales por qué piensan así. Los incentivará a formar opiniones y a respaldarlas con argumentos. También desafíalos. No dejes que se salgan con la suya demasiado rápido; necesitan aprender a defender sus puntos de vista, o estar dispuestos a cambiarlos si es necesario.
¿Qué significan estos tres ejercicios?
El primero, jugar, fomenta la empatía y los nuevos puntos de vista. El segundo, el método científico, fomenta el pensamiento y el discurso racionales. Y el tercero, leer críticamente, promueve la formación de ideas y opiniones sobre los fundamentos establecidos por los dos primeros.
Ve más allá: consígueles la educación complementaria que necesitan para pensar críticamente.
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En lugar de decirles qué hacer, los niños son guiados hacia ello. Nuestros instructores trabajan mano a mano con ellos para aprender e impulsarse a través de nuestros cursos. Los estudiantes colaboran en proyectos, aportando sus habilidades al conjunto. Aprender a trabajar en equipo que es, en esencia, que el individuo obtenga diez veces lo que es por sí mismo. Toman sus propias decisiones y se empoderan con roles de liderazgo.
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