Sociables, gimnastas y limpiadores de pisos:
los robots en 2022

¿Recuerdas tu infancia, cuando veías programas de ciencia ficción como Los Supersónicos y pensabas qué increíble sería tener un mayordomo robot? ¿O tal vez pensabas que Arnie era tan genial como el T-800 en el Día del Juicio Final, y estaba dispuesto a salvar el mundo? ¡Hasta la vista, baby! O tal vez lo tuyo eran los Transformers: esa raza alienígena robot que podía transformarse en camiones, automóviles y aviones de combate y hacía volar tu imaginación.

La verdad es que la robótica es algo sencillamente emocionante. Y cuanto más te familiarizas con este mundo, más te entusiasma. Hasta hace poco tiempo, los robots ni siquiera podían subir escaleras. Ahora algunos pueden hacer mucho más que eso. Mientras que otros son capaces de mantener una agradable charla de sobremesa (por más que no necesiten otro alimento que el aceite para el motor).

Aún falta mucho por desarrollar en cuanto a los robots. Jeeves-2000, el robot mayordomo, todavía está lejos. Sin embargo, existen robots muy útiles en la actualidad. Y lo que se viene en este campo es motivo de conmoción y de asombro.

El posible rol de los robots en el futuro

Los escritores de ciencia ficción de mediados del siglo XX especularon con un mundo donde los robots servían a los humanos de diversas formas: a luchar en las guerras, limpiar nuestros hogares, arreglar naves espaciales en el espacio y hasta decidir qué vestir en una cena de gala.

Isaac Asimov (un gigante en el mundo de la ciencia ficción) incluso tuvo una serie de libros sobre robots donde había tres leyes que debían seguir. Porque se dio cuenta de que los robots tenían que actuar «éticamente» o podrían ser peligrosos. Un miedo bastante común para muchos. Piensa en todas las películas distópicas que involucran robots como «los malos». Así que Asimov propuso estas leyes:

Primera ley: un robot no debe dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sea dañado. Segunda ley: un robot debe seguir las instrucciones de un humano, excepto si viola la primera ley. Tercera ley: un robot debe protegerse a sí mismo, excepto en los casos en que entre en conflicto con las leyes primera y segunda.

¿Esto por qué es importante? Debido a que se especula que algún día no muy lejano los robots podrían ser capaces de pensar por sí mismos y hasta desarrollar la sensibilidad a través del aprendizaje automático (machine learning), significa que podrían preguntarse si los seres humanos somos realmente necesarios en el mundo. En lo que respecta a la sensibilidad, un empleado de Google está convencido de que ese día ya llegó, en forma de chatbot (un robot que chatea), a pesar de que la mayoría de sus compañeros no está de acuerdo. Los críticos dicen que solo se trata de una imitación basada en cómo la IA (inteligencia artificial) navega a través de Internet y absorbe información, así como en la forma en que la gente habla y hace preguntas.

Aunque, piensa este escenario: imagina que estás hablando con dos personas en Internet, pero no puedes verlos. Como ocurre habitualmente cuando hablas con alguien a través de una ventana de chat en la página de atención al cliente de cualquier tienda. Entonces, estás charlando con dos «personas», pero una en realidad es un bot. Y no importa qué tantas preguntas les hagas, no puedes diferenciar cuál es cuál. ¿Significa que el aprendizaje automático alcanzó el nivel de detalle de un arte fino? ¿O significa que la IA finalmente desarrolló sensibilidad? Un pensamiento interesante a tener en cuenta.

Qué es un robot y cómo se relaciona con la IA y el aprendizaje automático

Los robots se definen como máquinas autónomas o semiautónomas capaces de realizar tareas. Los niveles de producción de automóviles aumentaron considerablemente cuando se añadieron brazos robóticos a las líneas de producción. Son más eficientes que los humanos, pueden seguir instrucciones programadas para acelerar eficazmente el proceso, sin cansarse nunca. Excepto por el mantenimiento de rutina, no hay necesidad de descansos. No es de extrañar que los empresarios inviertan mucho al principio, pensando en ahorrar más capital a largo plazo. Estos brazos robóticos son autónomos, es decir que hacen el trabajo para el que fueron programados sin necesidad de controladores. Pero estos son robots simples y han existido desde los años 80. Simplemente siguen un conjunto de instrucciones programadas.

El tema se pone interesante cuando los robots se vuelven autónomos en un sentido diferente. El sentido del aprendizaje automático. Se llama machine learning (aprendizaje de las máquinas) o aprendizaje automático cuando la inteligencia artificial de un programa, de un bot (una «entidad» o programa independiente que existe en Internet como un ser autónomo), o de un robot mejora con el tiempo. El código está escrito de manera que el rendimiento del bot mejora continuamente. Por ejemplo, la súpercomputadora que derrotó en un solo partido al gran maestro de ajedrez Garry Kasparov, Deep Blue, lo hizo a través de algunos desarrollos fundamentales en el aprendizaje automático. Incluía entre sus movimientos una maniobra inesperadamente intuitiva que el gran maestro ruso acusó de ser una falta.

Dijo que otro gran maestro debía haber tenido acceso a la computadora. La acusación era totalmente infundada, sin pruebas que la respaldaran. Pero sí sirvió como ejemplo de una forma temprana de aprendizaje automático que incluyó la intuición en la estrategia. El hecho de que Kasparov, en un momento de rabia, acusara a Deep Blue de hacer trampa es un gran cumplido para el equipo de programadores que hizo y programó la computadora. Hasta el mejor maestro de ajedrez del mundo siempre perderá ante una aplicación correctamente programada en su smartphone.

Luego, a mediados de la década de 2010, quedó demostrado que era falsa la creencia de que era imposible para una computadora vencer a un maestro en «Go», un antiguo juego chino de estrategia, de piezas negras y blancas. Se juega colocando las piezas en el tablero con muchos puntos de intersección para rodear las piezas del oponente. Si tienes éxito, quitas sus piezas y reclamas ese territorio. Esto va a la puntuación total y el jugador con más territorio, toda vez que se agotan los movimentos posibles, es el ganador. Se considera un juego muy intuitivo:

«Mientras que las reglas barrocas del ajedrez solo podrían haber sido creadas por humanos, las reglas del Go son tan elegantes, orgánicas y rigurosamente lógicas que, si existen formas de vida inteligentes en otras partes del universo, casi con seguridad juegan Go».Edward Lasker

Esto ocurrió porque el aprendizaje automático se desarrolló al punto de que las computadoras eran capaces de superar a los humanos en los niveles tácticos y estratégicos más complejos. Y lo hacían mediante el aprendizaje adaptativo. Esto conlleva a la pregunta: ¿cuánto falta para que la IA se vuelva consciente de sí misma?

Es algo que necesitamos saber si queremos prepararnos para el trabajo del futuro. ¿Dónde estaremos en 20 años? Todos, algunos más y otros menos, conocemos de alguna forma el temor de que los robots o la IA nos vuelvan prescindibles con respecto a nuestros trabajos. Incluso para industrias que han considerado durante mucho tiempo estar a salvo de los robots, como las agencias creativas, los robots y la IA desarrollarán cada vez más su «inteligencia creativa». Pues, básicamente, generar una gran idea consiste en combinar dos o más ideas. Y la IA es capaz de hacer esto. Puede hacer su propia música (aunque todavía no la letra), y con solo algunas palabras clave puede crear piezas de arte con todas las de la ley.

Pero también hay un lado positivo que nos permite ser optimistas sobre el futuro: muchas personas actualmente disfrutan el hecho de que los robots se ocupen de trabajos menores.

La nueva clase obrera

¿Quieres que tus pisos estén limpios sin tener que hacerlo tú? Puedes quitarte de encima este incómodo quehacer con robots simples que no cuestan una fortuna. Son circulares, con ruedas, y se deslizan por los pisos de tu casa con sensores que detectan objetos, como un sofá o a tus hijos pequeños cuando están entretenidos con sus juguetes.

El robot es una simple función sobre la forma. Aunque bueno, es hasta tierno verlo ocuparse de su tarea. Utiliza algoritmos para tener una idea de los alrededores de la habitación, y así aprende a dónde ir más eficientemente. A medida que se «acostumbra» a tu hogar, se vuelve más eficiente en la limpieza porque realiza un mapeo de cada habitación. Otras versiones de este tipo de robot funcionan como aspiradoras. Perfectos para limpiar el polvo del suelo de tu estudio y dejarlo fresco y listo para trabajar. En este sentido, la «nueva clase obrera» ya está entre nosotros. Y no solo están aquí para quedarse. Sino para mejorar. Después de todo puede que no falte tanto tiempo para que tengamos mayordomos robot. Pero incluso a pesar de su impresionante movimiento con sensores, siguen siendo en esencia máquinas circulares con ruedas. No pueden subir las escaleras para llegar al dormitorio. Pero hay otros robots que sí pueden. Hacen eso y mucho más cuando se trata de movilidad.

El ninjitsu se vuelve cibernético

¿Alguna vez has visto esas clásicas películas de ninjas en las que peligrosos asesinos japoneses hacen saltos mortales, giran en el aire y aterrizan hábilmente de pie? Bueno, hay robots que pueden hacer lo mismo. En serio. Hubo una época en la que la gente pensaba que sería imposible que los robots subieran escaleras. Ahora no solo pueden hacerlo, sino que también probablemente podrían ganar el oro olímpico por un doble salto mortal desde un caballete con arcos. Lo mejor de todo es que, siempre y cuando tengan carga de batería, nunca se cansan. ¡Piensa en cómo podría aplicarse! Por un lado, podríamos tener una categoría deportiva totalmente nueva en la que los robots compitan contra los mejores atletas de la humanidad. Algo así como el ejemplo del ajedrez de Deep Blue que vimos antes. Pero con deportes físicos. Probablemente para un boxeador de peso pesado no sería divertida la perspectiva de enfrentarse a un bot ninja. Aunque sí para los niños salir a patinar con su nuevo amigo metálico en la pista local (¡imagina los trucos que podría hacer un skate bot!). Te sorprenderá lo que estos androides pueden hacer en estos días. Mira:

Robots sociales: ¡ahora cualquiera puede tener amigos!

La IA tendrá un papel fundamental en el futuro de la robótica, en el que algún día habrá robots totalmente autónomos capaces de razonar y pensar independientemente de su programación (a través de desarrollos en aprendizaje automático, por ejemplo). De hecho, la programación de robots actualmente se trata de acumular datos para que el robot aprenda de ellos. La IA es capaz de aprender de miles y miles de experiencias más de las que tú llegarías a tener en toda tu vida. Por eso la humanidad perdió en el «Go» ante una IA. Curiosamente, la mejora de las experiencias sociales al aprender a interactuar con otros en múltiples eventos también es replicable. Y puedes ver los resultados de esto aquí, ¡te asombrará!:

Como puedes ver, casi podrías creer que se trata de un robot al nivel de los que encontrarías en Star Trek. Diseñado para emular las respuestas emocionales faciales, sorprendió a la multitud con su imitación del rostro humano. El punto cumbre del espectáculo, sin embargo, fue su capacidad para responder preguntas de forma natural y sin dificultad. Si estamos aquí ahora, imagina dónde estaremos dentro de veinte años.

Es hora de sumarse a la revolución robótica.

Todavía son los programadores los que tienen el control final de estos robots. Claro que ese nivel de control disminuye poco a poco cada año. Pero, sin un programador que inculque en una IA la capacidad de aprender de los datos y las experiencias, no tendríamos aprendizaje automático. Sin aprendizaje automático, no habría increíbles bots sociales con los que pasar el rato, ni IA de «Go» para enseñarnos a jugar mejor el juego más complicado del planeta, en fin, no habría robots especializados haciendo cosas fantásticas como participar de una compleja carrera de obstáculos.

El futuro de los robots es incierto. Quizás adquieran conciencia y se conviertan en ciudadanos del mundo como nosotros. O logren la paz mundial gracias a su pensamiento lógico e incorruptibilidad. Tal vez simplemente nos hagan la vida mucho más fácil, siendo amigos que siempre están «online» y disponibles día o noche. Las aplicaciones son infinitas. En este momento, y para el futuro que anticipamos, necesitamos mentes y cerebros humanos que puedan programar estos robots al respecto de qué hacer y cómo «pensar».

¿A tus hijos les interesan los robots? (¡A muchos niños sí!) ¿Quieres darles a tus hijos una educación que los introduzca en este mundo de espectaculares desarrollos? ¡Claro que sí! Su viaje tecnológico puede comenzar inscribiéndolos hoy mismo en nuestras clases online y en vivo de Robótica. Piénsalo, tal vez ellos se conviertan en los creadores de las máquinas que mejorarán nuestras vidas en el futuro.

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