Fabián Pérez comenzó como profesor cuando era un adolescente, edad que tienen los estudiantes a los que hoy enseña. Cuando tenía 14 años, sus padres se divorciaron y su madre aceptó un trabajo que les exigió mudarse —de su casa en México— a Canadá, por un año. Cuando se mudaron, Fabián pudo elegir entre ir a la escuela secundaria en Ottawa o pasar su tiempo aprendiendo inglés como corresponde.
“Al ser un poco cómodo, elegí lo último, pensando que aprender inglés en Canadá sería básicamente como la ósmosis, y solo tendría que ver televisión e ir al centro comercial y dedicarme a mis pasatiempos”, dijo.
Pero no fue así. Su mamá lo inscribió a una escuela intensiva de inglés, durante un año. En ese momento no estaba muy contento, pero cuando regresaron a México, Fabián convirtió su recién adquirido conocimiento de inglés en una ventaja, y se desempeñó como asistente del maestro en un centro comunitario. Sin embargo, en su primer día, el maestro que se suponía que iba a dar la lección de inglés no apareció. Así que Fabián, de 15 años de edad, intervino, siguiendo el libro y dio a la clase algunos ejercicios.
“Desde mi punto de vista, fue una clase muy regular”, dijo. «Pero, al final, un señor mayor se levantó, se quitó el sombrero y me dijo con gran admiración: “Profesor, esta clase fue increíble”. Ese fue mi momento ajá».
Después de eso, Fabián decidió que sería profesor y comenzó a inscribirse a cursos de enseñanza.
¿Cómo un ingeniero se convierte en un maestro de programación?
Fabián pudo haber comenzado su vida profesional como maestro, pero no es el único trabajo en el que se desempeñó.
Desde ese momento en el aula del centro comunitario, ha trabajado en una variedad de oficios que van desde camarero a informático independiente. Estudió ingeniería, el sueño de su infancia. Sin embargo, debido a su experiencia previa en la enseñanza, Fabián se encontró enseñando matemáticas y física a niños de primaria. Más tarde, enseñó robótica.
Luego, hace cuatro años, encontró un anuncio virtual de Tekkie Uni. Éste ha sido un nuevo impulso para Fabián, dado que su mayor reto como profesor ha sido “tratar con las deficiencias de un sistema educativo que le quita el interés y la pasión a mis alumnos en áreas como las matemáticas o las ciencias y aun así, reavivar esa llama”, ya que los niños que se matriculan en sus clases de Tekkie Uni están realmente entusiasmados por aprender a programar.
“Creo que lo que más disfruto de esto es cómo todos los estudiantes a los que enseño se interesan y apasionan por las clases”, dijo. “Están aquí porque quieren estar”.
¿Cómo se puede involucrar a los estudiantes durante una pandemia?
A Fabián no le parece que enseñar de forma online sea distinto a enseñar en persona, aparte del hecho de que no tiene que salir de su casa. En las últimas semanas ha notado que sus estudiantes se han puesto un poco inquietos, durante la cuarentena del Coronavirus.
“Muchos de los estudiantes se encuentran un poco frustrados por no poder salir al aire libre durante tanto tiempo, pero muchos de ellos lo están llevando bastante bien”, dijo. “Creo que una vez que la pandemia haya pasado, redescubrirán lo que realmente significa ser un niño”.
Cuando se le pregunta cómo inspira a sus alumnos en clase, Fabián es modesto: sus alumnos ya están muy motivados. Simplemente ayuda a dirigir su pasión. Sobre todo, dice, le encanta tener la posibilidad de enseñarles.
“Me encanta el impacto que tengo como profesor. No puedo entender por qué tanta gente se dedica a esta profesión cuando es algo que claramente no les gusta hacer”, concluye.
